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Oscar Portela
El Corazón o la espera del Adamita
"Todo el poemario Oscar revela la segura y estremecida madurez de un gran poeta. Tu poesía posee gran hondura filosófica, a la que se le aúna una apasionada vena emotiva, lo que cumple con el riguroso reclamo de T.S. Eliot de sobreponerse a esa disociación de sensibilidad que en un momento de la historia literaria asestó un golpe terrible a la poesía al hacer que el poeta piense o sienta por momentos, pero no a la vez".

Rolando Costa Picaso

a Friedrich Nietzsche y Jean Arthur Rimbaud

Escucha el corazón de la piedra. La estalactita

Escucha. Escucha los lamentos del viento.

El corazón de Nada escucha. Escucha: es corazón.

Y vértigo. El pino en las alturas mira el abismo

Sin temer lo oscuro. Escucha. El corazón escucha.

Asimismo se ausculta el corazón y advierte

La intemperie. La incuria. La soledad que espanta.

El incubo que nace. La muerte que despierta.

La soledad que asfixia las cometas de un cuerpo

Que fue consagración de primavera. Y escucha corazón

Las plañideras flechas del deseo.

No es este el corazón que siente.

Es grafía del cuerpo y del espanto. Escucha

Tierra el corazón que nace de tus

Propias entrañas y asciende hacia lo mudo.

Hacia el azur profano. El corazón que mira

El cuerpo de Afrodita y se convierte en llanto.

Es este el corazón llagado. La lengua es su destino.

Los labios, las plegarias, las promesas.

El proemio de una historia de amor y de un

Cuerpo sin penas. Escucha corazón. El corazón

Escucha. ¿Recuerdas las tardes del estío,

El río que no vuelve, las riberas, los árboles,

La soledad sin fin y nosotros apenas desnudos

Y sin nombres para el libro que viene?

Aquí estas corazón. Aquí tú escucha.

Tu final sin historias ni quejas ni llamados.

Escucha corazón y dime las plegarias

De una pregunta apenas. El Adamita espera.

Desnudo corazón tu escucha y pena.

El agua escucha. Pasa y escucha las endechas

del tiempo.

Las flechas con que Apolo hirió a Marcias y el canto

Con que florece el loto en las aguas del lago.

Escucha corazón. Escucha. Y dime todo. Todo.

Dame su joven cuerpo. Desnúdalo de nuevo y entrégalo

A mis cantos. A la oración primera. A las albas que Eros

Vio nacer en mi pecho. El corazón escucha. Escucha

El corazón escucha y tañe la amapola.

El lirio y la azucena. Así torno a vigilar lo pleno.

Construyo sobre escombros como Abel Posse quisiera.

Y allá en la luz astral de otro sangral poniente

Lisa sonríe a solas para siempre.

Escucho corazón. Yo escucho. Soy tuyo aún.

Aun soy primavera. Escucha en la sonata de la luna

Que llama a todos y aún espera. Espera

La vigilia de un hombre que está solo y espera.

Oscar Portela, nacido en la provincia de Corrientes ( República Argentina) el 5/13/50, es considerado hoy por las más importantes voces de la literatura de su país, como una de las más potentes voces de la poesía y el pensamiento latinoamericano. Administrador Cultural, ha ocupado importantes funciones en su provincia y ha integrado por dos periodos consecutivos la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores de la Argentina, presidente de la misma entidad en su Provincia, Director de revistas como Tiempo y Signos, entre otras, es y a sido Asesor de Cultura de la Honorable Legislatura de la Provincia de Corrientes. Doce títulos de su obra poética editadas (Senderos en el Bosque, Los Nuevos Asilos, Memorial de Corrientes, La Memoria de Láquesis, etc), y obras ensayísticas en las que se ocupa preferentemente del pensamiento filosófico contemporáneo, (Nietzsche sonámbulo del día), le han valido la consideración de importantes pensadores de su país.

Ha publicado en España, México, Venezuela, Paraguay, y casi todos los medios de prensa de la Argentin y dictado conferencias en España, Paraguay y provincias Argentinas. Asimismo es especialista en critica e historia del cine y es autor de letras de obras musicales en su mayoría inéditas.

http://www.universoportela.com.ar/