OSCAR PORTELA
Algo más que una leona
CUANDO UNA AMIGA SE VA
Edda Ligia Jacquemin, su adios.
 

Porque en mi ya larga vida de luchas, fracasos y éxitos, vos ocupas ese lugar intransferible, que da el soplo de la amistad, castalia donde beben las almas las amargas lagrimas de la sabiduría: ¿que serían de los principios, la solidaridad, las búsquedas de un mundo más justo y mas humano, las revoluciones éticas, sin ese palio, que nos permite sobrellevar todas las tormentas, todas las humillaciones y vejaciones de la vida? Nada. Y en éste desierto que crece, tu sombra se alarga en mi corazón desde los lejanos años mozos: ¡que difícil continuar diciendo adiós cuando se sabe que este solo se apaga cuando la luz del sol declina para uno mismo.

Sin adioses entonces, ni disfraces de duelos, sin sentimientos de fracaso, en éste mundo de marionetas prestas a traicionarlo todo solo por pertenecer a una corte de bufones, yo te saludo, señora de las no claudicaciones, coherente en tus afanes, dama para la que no había lugares en el lujoso casino de las apuestas de los juegos de azar: Que importa ello cuando contra las miserias de las crueles incurias, en los corazones que amamos, siguen naciendo las estrellas que anuncian los amaneceres de un mundo que se renueva todos los días, siempre bebiendo de la amistad que otorga la sabiduría.

 
octubre 2005- Argentina