OSCAR PORTELA
LA DESIGNIFICACION DE AMÉRICA Y LA IMPOSIBLE ZAGA DEL REDESCUBRIMIENTO
 

De nuevo Blanchot. Imposible librarse de su poderoso hechizo. El no expone ni se expone en su pensamiento. O lo peor - el pensamiento del afuera - no puede ser refutado por la extrema exposición a esa zona neutra en la cual ninguna afirmación ni negación son ya posibles, o lo posible mismo se pone en cuestión. Y en movimiento. Y desde éste lugar - en éste afuera -, solo pensar lo imposible resulta una aventura liberadora o posible. De nuevo Blanchot y con él aquellos nombres que querríamos prohibirnos, en una amalgama espuria, en un vertiginoso carnaval de máscaras: Nietzsche, Levinas, Javés, Heidegger, Klossowsky. Exponerse - exponer - es haber atravesado ya un limite. El limite que linda con lo ilimitado, con lo que no se deja limitar y por ello pensar. Pensar es eso, si, propiación, expropiación, cartografía, cartas de navegación y de viajes, - y por supuesto "errancia" y " deriva". Blanchot aquí en Corrientes, en éstos llanurales de un subtrópico que aún no se ha expuesto, que ha sido apenas entrevisto, en un país babilónico (una nueva Ûr) de un continente perdido?.

Guardémonos de las zagas. Es posible que aquí no haya nada que descubrir ni haya zagas, sino apenas un ras que no da respiro. "Interrogo ésta afirmación que no puede despreciarse ni tratarse a la ligera: "La ética de la rebeldía se opone tanto al discurso clásico del Bien Supremo, como a la pretensión moral o inmoral, porque construye, protege, reserva un sitio vacío, dejando llegar a nosotros otra historia": Guy Lardreau, Christian Jambert -.

Primera observación: la rebeldía, sí, como exigencia del tournant (khere viraje) en que cambia el tiempo, lo extremo de la paciencia estando en relación con el extremo de la responsabilidad. (subrayamos nosotros). La rebelión tan solo reintroduce la guerra, vale decir, la lucha por el dominio y la dominación" ... Y entonces cabe preguntarse que pasaría con la otra historia, si se caracteriza por no ser una historia, ni en el sentido de Historie, ni en el sentido de Geschiste (que implica la idea de reunión), y también porque en ella nada se presencia, que no la mide ni la pauta acontecimiento o advenimiento alguno, que siendo ajena a la sucesión siempre lineal, incluso cuando ésta se vuelve enmarañada, tan zigzagueante como dialéctica, ella es despliegue de una pluralidad que no es la del mundo o del numero: historia en demasía, historia "secreta", separada, que supone el fin de la historia visible, cuando prescinde de toda idea de principio y fin: siempre en relación con un desconocido que exige la utopía del conocerlo todo, porque la rebasa - desconocido que no se liga a lo irracional por encima de la razón" quizá retorno a otro sentido en el quehacer laborioso de la "designificación". La otra historia sería una historia fingida, la cual no quiere decir puramente nada, sino que exige siempre el vacío de un no-lugar, una falta en que falta a si misma : increíble porque está en falta respecto de toda creencia".

América, Argentina (el Dios plateresco, anterior al logos griego pero griego al fin. Corrientes) un no - lugar -, un no a lugar. Aquí no ha sucedido nada. Hegel quiso regalarnos esa facilidad de no entrar a los archivos de la historia, de la memoria, es decir, del logos. Pero soñamos con ser descubiertos, con la utopía de sabernos a nosotros mismos, aún desde los márgenes de una otredad, que no puede sino soñarse desde el horizonte trascendental de una ismidad, replegada infinitamente sobre si misma, sobre su propia pesadilla. Despertar de la historia, salir de los manuales de la historia, es éste el verdadero viraje, el naufragio en un si mismos tan laberíntico, como ésta naturaleza que tiranizó a Lope de Aguirre hasta convertirlo en un guiñapo. La bolsa de valores no es sino el sueño de la historia absoluta, la presencia de lo presente, consumándose en la parusía del ente expuesto a la luz de la verdad de la técnica. El barco que alucinó Aguirre en la visión de Herzog, posado como un ave sobre los enormes arboles de la selva Americana? Invertir el sentido de la historia, ni hacia adelante ni hacia atrás, sino en aquel de la Engadina donde el instante imprime al devenir el carácter de ser, como quería el lazquenete Nietzsche. Nuestro secreto, diría Blanchot - otra vez el fastidioso - consiste "en dejar entender que el secreto es secreto tan solo allí donde falta todo secreto o apariencia de secreto". Nosotros secretos sin secretos, secretados. No hay saga aquí, nada que esperar ni descubrir, sino la ética de una ardiente paciencia. Ningún mesianismo ni utopía pueden harcernos despertar de la horrible pesadilla de la historia, porque nadie nos espera, porque todo esta ya aquí, porque la espera no es sino el diferimiento de lo que no cesa de venir a nosotros, desde lo que nunca se dejará pensar, ultimar, por ningún calculo o operatividad del lenguaje.

Y porque decir, "me sangra la poesía por la boca" - Francisco Madariaga -, no es verdadero ni falso (basta de performer o denotativos) sino solo el coloquio infinito del deseo del lenguaje consigo mismo. Y despertar de la historia, no es sino abrirse paso hacia otro sueño, no más verdadero, sino apenas más secreto, que el de los archivos de ADN o de Bancos de Datos de la Historia, como apelación o despliegue de algún espíritu absoluto. Aquí todavía la historia es un fragmento de lo no dicho, de lo no pensado, de lo no operado, y en este registro o ésta falla, reside aquel secreto indescifrable en el cual radica nuestra fuerza, nuestra inabordabilidad, nuestro rastro no perceptible por ninguna tomografía computada.

Nosotros todavía no fuimos descubiertos - éste es nuestro no pensado - y nos ignoramos a nosotros mismos, pero en la medida en que el logos europeo pueda pensarse a si mismo, en la perspectiva de Blanchot, podremos también nosotros volver a descubrirnos, a partir de los márgenes de la filosofía, y descubrir que el más largo invierno no ha venido para quedarse (Heidegger ). El todo ha suprimido - realizándose - la historia. Pues para nosotros, resignificados, esta no ha transcurrido aún. Así pues, acaso podríamos pensar que la historia secreta, fingida - el letargo del topo -, está por entrar de otro modo, de otra manera, en el decir y hacer el mundo, que no terminaba en el paraíso de Indias como una Consagración de la Primavera, sino como la posibilidades de otro logos, que mantenga lo Uno infinitamente por encima de si Mismo.


* La palabra resignificados, en la traducción de Pierre de la Place, ha sido expresamente subrayada por nosotros -.

* Este texto rinde homenaje a " La Escritura del Desastre " y los más conocidos textos de Maurice Blanchot como "La Risa de los Dioses", "El espacio literario", "El libro que vendrá", "Dialogo inconcluso", etc., pero al mismo tiempo, constituye una reapropiación de cazador furtivo de aquellos pensadores aquí citados y otros que constituyen la cima del pensamiento Europeo de la khere o de la crisis del pensamiento negativo, en la apropiada terminología de Máximo Cacciari.