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Oscar Portela
La Isla de los Pingüinos

No me gusta France - exclamaba iracundo Unamuno - : “No sabe indignarse”. Para “indignarse se debe creer en lo digno (digno en griego “ to-esti”) como decía el gran poeta griego Odiseus Elytis en “To Axion Esti ” . Y en realidad un escéptico con respecto a la condición humana era aquel ironista por excelencia llamado Anatole.

¿ Pues tratándose del hombre para que indignarse, a que arruinar con malos humores una buena digestión?

 

Una pequeña novela revela así con un sentido de la ironía y la parodia su desprecio por la condición del hombre: una humorada que conserva hoy - aun como alegoría - todo su poder demitificador con respeto a las presuntas “dignidades de los pingüinos” y los derechos humanos predicados por las “pingüinas”.

Hasta el concilio de Trento las discusiones teológicas giraron alrededor de sí las mujeres tenían alma o no.

 

La alegoría se remonta más allá con una tierra todavía profana. Dios decide enviar a ciertos ángeles misioneros a la tierra para dotar de alma a los humanos. El Ángel, ya anciano y casi ciego baja hasta una isla en la cual logra divisar borrosamente ciertas figuras similares a la de los humanos conversando animadamente e inmediatamente decide bautizar a los mismos: el error quizá prolongue sus consecuencias hasta nosotros.

Los parlanchines hombrecillos de trajes a raya - como el Danny de Vito del “Batman” - eran solo  Pingüinos. La alarma cunde inmediatamente hasta los cielos en la cual el supremo Creador reúne a sus más sabios “teólogos” para discutir la validés de aquel acto.

Aunque la confusión y el pánico cunden en las más altas esferas, los sabios deciden que el fallo del Angel cegatón  no es pasible de ser apelado: no se puede volver atrás un dictamen de ese tipo. No se puede volver atrás aquel acto - no malévolo - sino y tan solo descuidado.

Imprevisibilidad incluso para un mundo perfecto. Desde ese momento el “mundo de convirtió en una especie de zoo” en la cual es imposible descubrir las diferencias entre los Pingüinos - aun remitiéndonos a su especie o ideologías - de los mortales.

 

¿ Son dignos los Pingüinos?.

¿Merecen el mismo trato que los hombres?. ¿ Resucitan a partir de la muerte? Enigmas que tendrá que resolver el futuro. Por el momento - aunque no manejan el lenguaje tan bien como los humanos y escriban  con K (como), K querer)  y asi hasta una serie infinitesimal  de partículas de la escritura, sus discípulos y la gran familia gozan hasta hoy de buena salud y aún son temidos por la comunidad de los humanos.

 

Tienen "fama" de buenos administradores y sobre todo de buenos "recaudadores" y tienen la capacidad no humana de reproducirse a gran escala. Son camaleónicos y aceptan negociar como los mejores mercaderes merced a subsidios y acumulación de dinero.

En el cielo ya nadie se ocupa de estos temas. Pero en la tierra el temor de los humanos cunde y la pregunta que recorre el mundo especia suena así.

 

¿ Que va a pasar con la dignidad de lo humano si los pinguinos logran gobernar la tierra? Pues trasmutando la frase crística - solo la verdad os hará libres - nosotros decimos : solo la gracia de la libertad permitirá al mortal hallar la verdad.

 

Esto es Lo Digno . Repitiendo a Odiseus Elytis. “ To Axión Esti”.

 

Algunas noticias de último momento hablan de una dificultad genética de la especie K de los Pinguinos de adaptarse a las altas temperaturas y de la proliferación de la soja.

Por Oscar Portela

(a mis amigos Alberto. F. Robredo, Arturo Larrabure y Juan

Carlos Sanchez, en especial a la querida Cris Yozia)

Oscar Portela, nacido en la provincia de Corrientes ( República Argentina) el 5/13/50, es considerado hoy por las más importantes voces de la literatura de su país, como una de las más potentes voces de la poesía y el pensamiento latinoamericano. Administrador Cultural, ha ocupado importantes funciones en su provincia y ha integrado por dos periodos consecutivos la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores de la Argentina, presidente de la misma entidad en su Provincia, Director de revistas como Tiempo y Signos, entre otras, es y a sido Asesor de Cultura de la Honorable Legislatura de la Provincia de Corrientes. Doce títulos de su obra poética editadas (Senderos en el Bosque, Los Nuevos Asilos, Memorial de Corrientes, La Memoria de Láquesis, etc), y obras ensayísticas en las que se ocupa preferentemente del pensamiento filosófico contemporáneo, (Nietzsche sonámbulo del día), le han valido la consideración de importantes pensadores de su país.

Ha publicado en España, México, Venezuela, Paraguay, y casi todos los medios de prensa de la Argentin y dictado conferencias en España, Paraguay y provincias Argentinas. Asimismo es especialista en critica e historia del cine y es autor de letras de obras musicales en su mayoría inéditas.

http://www.universoportela.com.ar/