REVISTA TRIPLOV
de Artes, Religiões e Ciências


nova série | número 49 | dezembro-janeiro | 2014-15

 

XAVIER OQUENDO

Solos

Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador, 1972). Periodista y Doctor en Letras y Literatura. Ha publicado: Guionizando poematográficamente (1993); Detrás de la vereda de los autos (1994); Calendariamente poesía (1995); El (An)verso de las esquinas (1996); Después de la caza (1998); La Conquista del Agua (2001); Salvados del naufragio (poesía, 1990-2005, 2005), Esto fuimos en la felicidad (2009), Solos (2011) y Alforja de caza (México, 2012), además de varias antologías de poesía ecuatoriana y libros de narrativa. Organizador del Encuentro internacional “Poesía en paralelo cero”. Ha merecido diversos premios nacionales como el “Pablo Palacio” en cuento y el Premio Nacional de poesía, en 1993. Integra antologías españolas, norteamericanas e hispanoamericanas. El Municipio de Ambato, en 1999, le concede la condecoración Juan León Mera por toda su obra literaria y de difusión. Parte de su poesía ha sido traducida al italiano, francés, inglés y portugués.

 

 

EDITOR | TRIPLOV

 
ISSN 2182-147X  
Contacto: revista@triplov.com  
Dir. Maria Estela Guedes  
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LOS BÍBLICOS 

Cuando juntos estuvimos

y nos convocó la llama suave

de los ojos de la noche,

ahí, junto al silencio

de la brasa, nos cobijamos

bajo el sol de su candela.

 

Entonces nos miramos

y en silencio nos dijimos

los otros a los unos:

somos, seremos, Los bíblicos.

 

No pandilla, no grupo:

una atmósfera,

un diccionario propio,

una palabra abierta,

un camino en deltas,

un hechizo en verso.

 

Somos una tribu

de judíos errados

que se han estrenado

en las mil y una noches.

 

Seremos como el fuego, como el hambre:

insaciables a nuestras pasiones;

como el Noé que se nos hunde,

como el fruto del Jordán,

como el amor samaritano.

 

Venimos a luchar contra el olvido

que somos. Contra lo que siempre fuimos. 

 

 

CHICOS COCODRILO 

Nunca hemos sido los guapos del barrio,

siempre hemos sido una cosa normal.

-David Summers-

 

Y llegamos a tener un automóvil. No era un descapotable como el soñado en una noche mojada. Era un modelo en blanco y negro. Lo pintamos con su propio brillo.  

Desde el retrovisor de nuestras ansias vimos el mundo. Éramos James Dean en nuestro mito: nos peinábamos con brillante brillantina a ver si las mujeres nos amaban.  

Pero el automóvil no fue suficiente. Había que encontrar ese aire que nos mueva los cabellos engominados. Ese halo de niebla que nos pase por la frente y que nos haga saber que no éramos tan guapos, que no éramos dechados de virtudes. Que solo éramos nómades del pueblo hebreo y que, antes de encontrar la tierra nuestra, debíamos hallar a la mujer a la que invitáramos a nuestro automóvil, mientras el cielo nos encapota con sus lluvias. 

(de Esto fuimos en la felicidad, 2009) 

 

SOLOS

Todas las voces 

)1( 

Así, como la costra de la almendra

que encierra el fruto en su corteza firme,

viven los solos,

separados de su historia,

de su tiempo, de sus aguas.

 

 

)2( 

Cerca de la avenida repleta de silencios

viven todas las familias de los solos.

Unas son ciegas. Otras han perdido

el olfato y amaestran un perro

que les sirve de lazarillo.

Las más perdieron la memoria

y están sentadas a la derecha

de su soledad.

Muchas machacaron sus oídos

para no escuchar el motor

de sus recuerdos.

Pocas no disponen

del sentido del gusto,

pero tienen hambre,

y apenas todas tienen miedo

de enfrentarse a su miedo.  

 

)3( 

Los solos comen la tristeza

y ahuyentan a la gente

con el olor de su potaje.

Están siempre esperando

que los acompañe

esa mísera persona

que los habita,

mientras el tren pasa.  

 

)4( 

Los solos: esas velas que se apagan

y dejan el vacío del humo

en la atmósfera repleta. 

 

)5( 

Los solos se miran las pupilas

desde adentro, donde hay un laberinto

que termina en sí mismos.

  

)6( 

Aquí estamos los más solos que nunca. Los que ni Dios pudo sacarnos la costilla. No pudimos oxigenarnos en el paraíso. Fuimos arrancados por algún misántropo divino.

Ahora hemos alquilado unas compañías que llegan a la hora del té. Ellas crecen como una madreselva en las paredes de nuestra piel cicatrizada.   

Estamos lactando de la mama única, la que se fue hace siglos, dejándonos sólo el pozo del corazón. Alejándose, como un cucurucho arrepentido, de la cruz del Medioevo.

Las compañías no cruzan por nuestras silentes penas. Solo se ocultan tras el armario vacío que tenemos en mitad de nuestro desierto.  

 

)8( 

Allí viven dos solos

que han decidido desunirse del sistema.

Quieren poblar sus soledades divididas,

cortadas por el hacha astuta

de Dios -principal solitario

que nació de nuestra semejanza-.  

 

)9( 

Recomendamos tomar su equipaje de mano.

No regresar a ver al que está al lado

porque no existe.

Aquello que usted ve

es el reflejo de un holograma azul

que convive con su realidad virtual.

Usted está en el sombrero del mago

que luego desaparece.

Cualquier conejo aparecido

es un simple gesto de cortesía.

Si está pensando aparecer en grande

no espere. Que los solos

tienen siempre una medida estándar.  

 

)11( 

El solo está libre de impuestos,

no paga el iva de la ausencia.

No debe registrarse en las aduanas.

El solo está exonerado de los otros.

Tiene un banco donde

no hay más plazo fijo que la muerte.

El solo está exento de figurar en catálogos

donde otros solos lo escojan.

No irá a la misa de los otros.

Deberá buscar a un Dios independiente.

Crear una iglesia con sus mitos,

vivir un rito solo con sus santos.

Persignarse mirándose en su espejo.

Igualar el reloj a sus horas

desfijándose la exactitud de Greenwich.

 

El solo no está libre de ser libre.

 

 

)12( 

El que no esté solo

que lance la primera piedra

contra él mismo,

contra el espejo de su bruma,

contra su deuda auto impuesta.

Que se levante y camine,

que busque un espacio en la muchedumbre,

que baje las escaleras,

que llegue en el montón hasta los trenes,

que busque su boleto,

que haga el amor con una máquina.

Que no mire más que carteles

de otros solos que cantan,

que actúan, que pintan.  

 

)13( 

No hay que buscar a aquel que nos cobije.

Es solo la manta lo que importa. 

(de Solos, 2011)

 

 

© Maria Estela Guedes
estela@triplov.com
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