REVISTA TRIPLOV
de Artes, Religiões e Ciências


nova série | número 44 | fevereiro-março | 2014

 
 

 

 

PEDRO SEVYLLA DE JUANA

Um poema original e traduções de
Cecília Meirelles

 

 

EDITOR | TRIPLOV

 
ISSN 2182-147X  
Contacto: revista@triplov.com  
Dir. Maria Estela Guedes  
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Solta de pombas               

El despertador que vive sobre la mesita de noche

y lanza rayos láser hacia el techo

para decirme la hora en color rojo;

a veces escribe frases y cuenta historias mías

que yo ignoro.

 

Hay una muy antigua:

nada menos que del Cámbrico,

allá en la era Paleozoica,

cuando se dio la gigantesca

explosión de vida.

 

No volaban palomas en el Cámbrico

 

Éramos simples

Cordados los Humanos

por aquel entonces tan remoto,

pera ya nos reuníamos los afines

para compartir el avance

de las

afinidades.

 

No volaban palomas en el Cámbrico

 

Existía Ilha Vitória, aún sin nombre,

y el continente,

macho posesivo,

trataba de completar la vastedad de su cuerpo

a hurtadillas nocturnas.

 

Se deslizaba

el atardecer de una solemne primavera

en sosiego indescriptible

roto apenas por el ritmo armonioso

del incremento de especies.

 

En lo más alto

de un florido promontorio

que alguno de nosotros denominó Penedo,

estábamos cuatro líricos épicos sentados en círculo

cordados entusiastas del equilibrio y la armonía:

cuatro poetas intentando

interpretar una música espontánea

que acordamos nombrar

Jazz.

 

No volaban palomas en el Cámbrico

 

Joaquim Machado, ángulo recto su rostro,

cerrado por la semicircunferencia del pelo,

 tenía facilidad de palabra, le interesaba todo,

admiraba la belleza,

venía de abajo

 y sabía.

 

Cecília Meireles, luz y miel en la mirada,

ni alegre ni triste como decía ser,

reinventaba la vida apoyada

en un tronco bien desarrollado

de sapucaia;

y observaba

con cariño maternal el incesante

crecimiento de las infantiles briznas

de hierba.

 

No volaban palomas en el Cámbrico

y Cecília lo sabía.

 

Castro Alves, soñador enamorado

de la libertad,

recitaba poemas sociales a Cecília

en el pabellón hospitalario de la oreja

izquierda

sin resultados amorosos

visibles.

 

Sobre la cima vegetal

en el aún no Penedo

de la aún no Vitória, ya Isla acogedora, sin embargo,

en el atardecer sereno

y la indómita perseverancia creadora,

nos fuimos pasando la trompeta

de mi amigo Satchmo

los cuatro épicos líricos que

compartíamos la irreprimible pasión.

 

Nada más nacer la palabra,

allá en el Cámbrico,

fue la poesía;

y en cuanto la poesía fue,

fue el Jazz

y fuimos

los más apasionados.

 

Cecília Meireles se puso en pie

¡Ah, la sonrisa de Cecília, amanecer de amaneceres!

con firmeza desgarró la ropa que cubría su seno

y de su seno níveo volaron mil palomas

diez mil

dispersándose por los cuatro horizontes

sus poemas.

 

PSdeJ . El Escorial a 25 de septiembre de 2013

 
 

Poemas de Cecília Meireles
Taducción de Pedro Sevylla de Juana

 

Retrato 

Yo no mostraba este rostro de ahora,

 tan tranquilo, tan triste, tan delgado,

 ni estos ojos vacíos,

ni el labio amargo.

 

No eran mías estas manos sin fuerza,

tan paradas, tan frías, tan muertas;

no sentía este corazón

que ni late apenas.

 

No me di cuenta del cambio,

tan paulatino, tan adecuado, tan sencillo:

 - En que espejo quedó mi rostro

 perdido?

 

 

Traéme 

Tráeme unos pétalos de esas sombras serenas

que las nubes empujan en lo alto del día!

Una brizna de sombra, apenas,

- mira que no te pido alegría.

Envíame un atisbo del inocente brillo lunar

que la noche mece en tu corazón!

El candor, tan solo, de los vientos:

- advierte que ni pretendo ilusión.

Acércame las pavesas de tus recuerdos,

fragancia perdida, nostalgia de la flor!

-Entiende que no te digo - esperanza!

-Nota que ni siquiera sueño - amor! 

 

Motivo 

Canto porque el momento existe

y mi vida está llena.

No soy alegre ni triste:

simplemente, soy poeta.

Hermano de las cosas esquivas,

no siento deleite ni tormento.

Cruzo las noches y los días

cabalgando el viento.

Ya derribe o construya,

permanezca o me diluya,

- no sé, no sé. No sé si estoy

o es que me voy.

Sé que canto. Y la canción es la vida.

Tiene sangre inmortal y ritmo en las alas.

Sé que enmudeceré un día:

- eso es todo, casi nada. 

 

Nociones 

Entre mí y yo, hay vastedades bastantes

para navegar mis deseos afligidos.

 

Descienden por el agua mis naves recubiertas de espejos.

Cada cuchilla arriesga una mirada, e investiga el elemento que la alcanza.

 

Pero, en esta aventura del sueño expuesto a la fluencia,

solo recojo el sabor infinito de las respuestas inexistentes.

 

Me volqué sobre mi propia experiencia, y la contemplé.

Mi virtud nacía de esa deriva por mares discordantes,

y de la renuncia más allá de la felicidad y de la belleza.

 

Óh mi Dios, es decir mi alma:

cualquier cosa que flote sobre este cuerpo efímero y precario,

como el viento vanidoso del océano sobre la arena insensible e innumerable… 

 

Resurrección 

No cantes, no cantes, porque vienen de allá los náufragos

llegan los cautivos, los tuertos, los frailes, los oradores, los suicidas.

vienen las puertas, de nuevo, y el frío de las piedras, de las gradas,

y, en la ropa negra, aquellas dos manos antiguas.

 

Y una vela de inquieta llama humeante. Y los libros. Y los apuntes.

No cantes. La plaza llena se vuelve lóbrega y subterránea.

Y mi nombre se escucha a sí mismo, triste y hueco.

 

No cantes, no. Porque era la música de tu

voz la que se oía. Estoy recién muerta, llorosa aún.

 

Algún distraído baboseó sobre mis pestañas

Por eso noté que era tan tarde

 

Y permití que en mis pies diera el sol y se agitaran las moscas.

Y de mis dientes escapara una baba lenta.

No cantes, pues retoqué mi cabello, ahora,

y estoy delante del espejo, y comprendo mejor que ando huida. 

 

Recreación

 

La vida solo es posible

recreada.

 

Avanza el sol por las campiñas

 y pasea la mano dorada

sobre las aguas, sobre las hojas…

Ah! todo burbujas

que surgen de profundas piscinas

de ilusiones… — nada más.

 

Pero la vida, la vida, la vida,

 la vida sólo es posible

 recreada.

 

Viene la luna, viene, retira

las esposas de mis muñecas.

Me proyecto en espacios

saturados de tu Figura.

Todo mentiras! Mentira

de la luna, en la noche oscura.

 

No te encuentro, no te alcanzo…

Sola — estabilizada en el tiempo,

 me desprendo del vaivén

 que me lleva más allá del tiempo.

 Sola — en la oscuridad,

 quedo: recibida y entregada.

 

Porque la vida, la vida, la vida,

 la vida solo es posible

 recreada.

 

 

Carta 

Yo, sí. — Pero la estrella de la noche, que ascendía y descendía

[del cielo, fatigada y desconocida?

Pero los pobres, golpeando las puertas, sin consecuencia, arremetiendo

[ contra la noche y al día con su puño descarnado?

Y los niños, que gritaban con el corazón sobresaltado:

[“por qué nadie nos responde?”

Y los caminos, los caminos vacíos, con sus manos abiertas sin ton ni son?

Y el Santo inmutable, permitiendo a las cosas seguir su derrotero?

Y las músicas silenciadas en cajas, suspirando con las alas encogidas?

Ah! — Yo, sí — porque ya lloré todo, y desnudé mi cuerpo ajado y triste,

[ y mis lágrimas lo purificaron,

[y el silencio de la noche lo enjugó.

Pero los muertos, que enterrados soñaban con palomos ligeros

[y flores límpidas,

y los que en altamar esperaban el mensaje que la playa desplegaría

                                                                       [rauda hasta sus dedos...

 Y los que dieron cabezadas, debido a tan larga vigilia

[ — de los que ignoro si despertarán...

 y los que murieron de tanto esperar... — de los que ignoro si se salvaron.

 

 Yo, sí, Pero todo eso, todos esos ojos puestos en su propio ser,

[en lo alto de la vida.

 no sé si te mirarán como yo,

 renacida de mí, y despojada de venganzas,

el día que necesites perdón.

 

PSdeJ . El Escorial a 25 de septiembre de 2013 

 

  Pedro Sevylla de Juana nasceu em plena agricultura, lá onde se juntam La Tierra de Campos e El Cerrato, Valdepero, província de Palencia, em Espanha; e a economia dos recursos à espera de tempos piores ajustou o seu comportamento. Com a intenção de entender os mistérios da existência, aprendeu a ler aos três anos. Aos nove iniciou seus estudos no internado do Colégio La Salle de Palencia. Para explicar as suas razões, aos doze se iniciou na escrita. Cumpriu já os sessenta e sete, e transita a etapa de maior liberdade e ousadia; obrigam-lhe muito poucas responsabilidades e sujeita temores e esperanças. Viveu em Palencia, Valladolid, Barcelona e Madrid; passando temporadas em Genebra, Estoril, Tânger, Paris e Amsterdã. Publicitário, conferencista, tradutor, articulista, poeta, ensaísta, crítico e narrador; publicou vinte e dois livros e colabora com diversas revistas da Europa e América, tanto em língua espanhola como portuguesa. Trabalhos seus integram seis antologias internacionais. Reside em El Escorial, dedicado por inteiro às suas paixões mais arraigadas: viver, ler e escrever. www.sevylla.com
 

 

© Maria Estela Guedes
estela@triplov.com
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