LAS MISIONES JESUÍTICAS

Olga Martínez Valebona

In: La estructura de las reducciones guaraníes

 

INDEX

Introducción
El trazado urbano
El núcleo de la reducción
Arquitectos
La iglesia
Habitaciones indígenas
Habitaciones y colegio de los Padres
Materiales de construcción

 

 

 

La iglesia

 

Era el edificio de mayor importancia, que se ubicaba (y constituía) el centro del pueblo.

Su construcción, en una primera fase fue totalmente de madera, aunque posteriormente se utilizaron materiales más resistentes.

En las primeras iglesias, el techo se construía con tabiques en los que se apoyaba un falso entablamento, acomodado a veces sobre sus pilastras o columnas, también de madera. El muro, de adobe o tapia, tenía únicamente una función de cierre perimetral no demasiado importante. En primer lugar se construía la estructura y el techo completamente de madera, posteriormente se abastecían y alzaban los muros; se realizaba mediante la colocación de piedras de diversos tamaños talladas a modo de losas rectangulares.

Los religiosos de la Compañía no se acogieron a la tipología jesuítica europea (en atención a la iglesia del Gesù de Roma), sino que a menudo se adaptaron a los hábitos y necesidades del lugar, respetando las tradiciones.

Las iglesias eran normalmente de planta rectangular, prolongándose hasta el altar y llegando hasta el presbiterio de la cabecera, casi cuadrada; con la misma amplitud de la nave central. La crucería, que llegaba hasta las naves laterales, terminaba en una falsa cúpula, elemento recurrente de la arquitectura colonial.

Las pilastras, cuyos fustes estaban decorados, conservaban su sección cuadrada, eran generalmente de gres con la base de madera; un capitel esculpido constituía la parte final de las columnas o pilastras. Sobre esto se apoyaba el techo (de par y nudillo). En su fachada se abrían generalmente tres grandes puertas. Una lateral que normalmente comunicaba con el colegio y la casa de los padres; al lado opuesto, otra, que daba al cementerio.

El baptisterio estaba situado a la entrada o dentro de la sacristía. La torre del campanario, de madera, inicialmente se situó al lado de la iglesia (aunque no se comunicaban entre sí). Al poco tiempo, la madera fue sustituida por la piedra y el campanario quedó anexo a la iglesia, en concordancia con la fachada.

Durante la fase sucesiva, que coincide cronológicamente con los últimos años de los jesuitas, las iglesias se aproximaron notablemente a las características europeas, especialmente a la arquitectura jesuítica metropolitana. Como en la iglesia del Gesù en Roma, presentaban una vasta nave central, un crucero caracterizado por un transepto corto y una gran cúpula. La presencia de dos o cuatro naves laterales de reducidas dimensiones fue uno de los elementos arquitectónicos típicos de las iglesias de las reducciones.

El espacio que salía a la fachada correspondía a la nave central. En algunas iglesias, la rica ornamentación concentrada sobre la fachada, resultaba a menudo exuberante; a veces, la fachada principal era más amplia que la nave central.

En estas iglesias se utilizaba la arenisca, en general rojiza, utilizando la técnica del trabajo in situ. Frecuentemente se combinaban diversas tonalidades de piedra para evidenciar diversos elementos arquitectónicos.

En este período, la estructura portante de madera fue sustituida por un muro de piedra; a veces era de ladrillo para aligerar el peso.

La huerta, que podía tener distintas dimensiones, estaba siempre después de la triada (iglesia, colegio y cementerio). Esta disposición preanunciaba una de las temáticas del Barroco, el uso del jardín.

 
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