DIOS ESTA EN TODAS PARTES

Él es la Inteligencia que anima el movimiento de lo infinitamente pequeño y de lo infinitamente grande. Él es la vida que bulle y palpita en cada sol, como en cada átomo.

Cuando el CRISTO dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y LA VIDA”, y siendo que la vida expresada como movimiento atómico en todas las cosas, grandes y pequeñas, desde un ser humano hasta un ángel y desde una piedra hasta una estrella, expresó algo de dimensiones tan vastas y profundas, que apenas sí alcanza a ser vislumbrado por el entendimiento humano.

En “El Evangelio según Tomás”, de los textos de Nag-Hammadí hallados recientemente en Egipto, el CRISTO, dice:

“Cortad la leña; allí estoy yo. Levantad la piedra y me encontraréis”.

En las Sagradas Escrituras, en Josué, capítulo 24, versículos 26 y siguientes, hay algo a propósito que merece nuestra reflexión:

“Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una grande piedra, levantola allí debajo de un alcornoque que estaba junto al santuario de Jehová”.

“Y dijo Josué a todo el pueblo”:

He aquí esta piedra será entre nosotros por testigo, LA CUAL HA OÍDO TODAS LAS PALABRAS DE JEHOVÁ que él ha hablado con nosotros: será, pues, testigo contra vosotros, porque no mintáis contra vuestro Dios”.

Donde, en otro aparte del Libro Habacuc, capítulo 2, versículo 11, dice:

“Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá”.

Regresando al Nuevo Testamento, encontramos estas mismas enseñanzas en la boca del CRISTO:

“Y no penséis decir dentro de vosotros: A Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos a Abraham aun de estas piedras”. (Mateo 3:9)

“Entonces algunos de los Fariseos de la compañía, le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. Y él respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaren, las piedras clamarán”. (Lucas 19: 39 y 40)

Siendo el CRISTO “La Verdad”, no puede mentir, y siendo “LA VIDA”, es la Vida que anima al mineral, al vegetal, al animal, al humanoide, al hombre, al ángel, al Sol, a la estrella, a Dios.

Tendrá por fuerza, el científico materialista, si quiere ir más allá, inclinarse humildemente ante LAS LEYES DIVINAS QUE MANEJAN LA VIDA ATÓMICA, CONOCERLAS, RESPETARLAS Y ACTUAR DE ACUERDO A ELLAS. Y entonces, ya no será un científico materialista, sino un Filósofo, un amigo de la ciencia y buscador de “LA VERDAD”...

LA MATERIA PRIMA

Si Fulcanelli nos afirma que en la búsqueda de la piedra filosofal y de la fabricación del oro “lo esencial no es la transmutación de los metales, sino la del propio experimentador”, la Materia Prima está contenida en el mismo experimentador.

En “El Misterio de las Catedrales”, nos dice:

“Existe una piedra de grandes virtudes, la que siendo llamada piedra no es una piedra; es mineral, vegetal y animal, se encuentra en toda parte y a toda hora, EN CUALQUIER PERSONA”.

“También Flamel escribe: ‘Hay una piedra oculta, escondida y sepultada profundamente bajo un manantial, ella es vil, pobre y sin ningún valor; y está cubierta de excrementos y de estiércol; a ella, siendo siempre la misma, le han sido dados muchos nombres diversos. El sabio Morieno dice que esta piedra, que no es piedra, está animada porque tiene la virtud de procrear y de generar...”

En los “Siete Capítulos de Hermes”, está escrito:

“He aquí, os declaro lo que ha sido oculto: La Obra está con vosotros y en vosotros, doquiera ella esté continuamente, vosotros también la tendréis siempre donde os encontréis”.

Aun así, la naturaleza de la Materia Prima para la Gran Obra, seguía siendo un enigma. Ni siquiera el Gran Adepto Fulcanelli se atrevió a develar este otrora indecible misterio. Mucho menos rasgó el velo que cubría el Artificio para la elaboración del Mercurio Filosófico.

Hemos de aclarar que para la elaboración del Mercurio Filosófico se procede con el primer mercurio o Materia Prima.

Fulcanelli, afirma: “Sepan, pues, los buscadores, que su solvente, o mercurio común, es el resultado del trabajo de la naturaleza, mientras el mercurio de los sabios es una producción del arte”.

Más adelante, el mismo autor dice que la técnica para la elaboración del Mercurio Filosófico “… no requiere de una especial destreza de mano, ni habilidad profesional, sino solamente el conocimiento de un curioso ARTIFICIO, que constituye aquel SECRETUM SECRETORUM que jamás ha sido revelado y que, probablemente, Jamás lo será”.

Es claro que “El Padre de todas las Luces” del Gran Adepto Fulcanelli, no le había autorizado para revelar un misterio de tal índole. Mas, “El Padre de todas las Luces”, en nuestro Venerable Maestro Samael Aun Weor si le autorizo para develar lo que antes ningún otro Maestro entregara públicamente a la humanidad.

En su Obra “Tratado de Alquimia Sexual”, el V. M. Samael Aun Weor, nos enseña:

1— Arnoldo de Villanueva, Alberto el Grande, Raimundo Lulio y muchos otros alquimistas, denominan Mercurio al Esperma o Semen.

2— No hay sino una sola materia que sirve de fundamento a la Gran Obra del Padre.

3— Esa materia prima de la Gran Obra, es el esperma denominado Mercurio por todos los alquimistas.

4— El Mercurio es el Esperma cocido de todos los metales.

5— Dice Arnoldo de Villanueva que, según el grado de sulfuración, el Mercurio engendra los diversos metales (cuerpo astral, mental, causal etc.) en el seno de la Tierra (Filosófica)

6— Así pues, el Mercurio según el grado de cocción, viene a revestir las diversas formas metálicas.

7— Realmente cada cosa puede ser descompuesta en sus propios elementos.

8— Con ayuda del calórico podemos descomponer el hielo en agua, porque el agua es el elemento del hielo.

9— Así pues, todos los metales de la tierra pueden ser descompuestos en el Mercurio, porque el mercurio es la materia prima de todos los metales.

10— Este Mercurio es el Semen espermático, en el cual pueden descomponerse todos los metales, porque ese es el elemento de donde salen todas las cosas.

11— El hombre puede descomponerse en el semen, porque ese es el elemento de donde salió, y cada cosa puede ser descompuesta en los propios elementos de que está compuesta.

12— Antes de poder transmutar los metales, hay primero que reducirlos a su materia prima.

13— Así también, antes de que el hombre pueda redimirse de sus pecados y entrar en el reino de los cielos, hay que primero reducirlo a su materia prima, para luego transmutarlo en el hombre celestial de que nos habla San Pablo.

14— Por ejemplo, si yo tengo una estatua y quiero darle a esa estatua una forma absolutamente nueva, debo primero reducir esa estatua a su materia prima, descomponiéndola en los mismos elementos de que está compuesta.

15— Luego, con esa materia prima hago la estatua en forma absolutamente nueva, y totalmente diferente.

16— Así también, sí querernos transmutamos en Hombres Celestiales, en maestros de sabiduría, debemos reducirnos al Esperma de que fuimos formados, para elaborar el CRISTO, el Niño de Oro de la Alquimia Sexual.

17— Cambia las naturalezas y hallarás lo que buscas.

LA CONCIENCIA ATÓMICA SEMINAL

Cleve Backster, de quien hablamos en precedentes capítulos, hizo investigaciones científicas con partículas de esperma y comprobó que “Las células del esperma resultaron ser extraordinariamente capaces, porque parecían Identificar a su donante y reaccionar a su presencia, sin hacer caso a la de otros sujetos de sexo masculino. Estas observaciones parecen indicar que hay una especie de memoria total que llega hasta la célula, y en consecuencia, que el cerebro quizá no sea sino un mecanismo conmutador, no necesariamente un órgano para almacenar recuerdos”.

Aclaramos aquí, que para los efectos de la Gran Obra, no se debe extraer ni tan siquiera una pequeña gota del esperma sagrado de nuestro organismo, pues estos procesos de transmutación se llevan a cabo dentro de nuestro propio laboratorio humano. Es gravísima la fornicación (eyaculación seminal en cualquier proporción o cantidad), como también el adulterio, para el alquimista: podría quemarse el laboratorio y arruinar la Obra de por vida...

Del párrafo inicial, sáquese esta conclusión: las células del esperma, su constitución atómica y subatómica, también tienen mi propia conciencia. Y si la semilla del ser humano, es lo más selecto que hay en esta preciosa máquina, allí está también lo más selecto de la conciencia atómica.

Conocer que allí residen los átomos alquimistas de la Gran Obra, es INDISPENSABLE para tomar conciencia de la enorme responsabilidad que tenemos con nuestra simiente y de la urgente necesidad de conocer las LEYES DIVINALES ATÓMICAS que dirigen los procesos alquímicos.

No podría, pues, un monstruo experimentador de la ciencia materialista, lograr masivamente y en armonía, sin violencia, someter las Leyes Divinales Atómicas a sus caprichos de laboratorio “Ciencia sin Conciencia…”

En el esperma sagrado hay átomos divinales muy elevados:

En los libros sagrados del oriente, entre otros, existen unos que se conocen con el nombre de “upanishads” En el “Brihadaranyaka Upanishad”, impreso en la Universidad de Oxford, en la página 136, volumen 1, se puede leer lo siguiente:

“Aquel que mora en el Semen y dentro del Semen, que el Semen no conoce, cuyo cuerpo es el Semen, que el Semen no conoce, cuyo cuerpo es el Semen y que gobierna desde el interior al Semen, este es el SI, el dominador interior, el inmortal; Invisible, mas vidente; Inaudible, mas oyente; Imperceptible, mas perceptor; Ignoto, mas conocedor. No hay otro vidente fuera de él, no hay otro oyente fuera de él, no hay otro perceptor fuera de él. Este es tú SI, el soberano interior, el inmortal. Todo el resto es mal”.

El Fuego del Espíritu Santo tiene como habitáculo al Agua del Esperma Sagrado. Es por esta razón que en “El Evangelio Gnóstico de Felipe” de los textos de Nag-Hammadi, está escrito: “Semen del Espíritu Santo”.

Es de vital importancia que el Alquimista comprenda que no se debe derramar ni tan siquiera una gota del esperma sagrado, como lo muestra el “Mutus Liber” (en una edición antigua) en la Plancha No. 14 al final aparece Perrenelle (esposa de Nicolás Flamel) indicando que si el mercurio cae fuera del recipiente, es decir si se eyacula, no-se obtiene la unidad indicada en la Plancha por su esposo, sino los cuernos (símbolo de impureza y obra demoníaca) indicados por el gesto de Perrenelle.

Se sabe perfectamente que uno de los términos con que se denomina a la materia prima es el de “Antimonio” Viene muy a propósito de gran interés lo que Basilio Valentín, en su “Carroza Triunfal del Antimonio” expresa referente a éste Veamos:

“Sepa, pues, el lector, que todas las cosas tienen en sí mismas el Espíritu operante y vivificante, el cual mora en los cuerpos, los nutre y conserva. Los espíritus no faltan de los elementos, que en ellos viven por la voluntad de Dios, sean buenos o malos. Los hombres y los otros animales tienen en sí el espíritu vivo y operante, el cual yéndose, quedan cadáveres aquellos. Las hierbas y las plantas contienen en sí el espíritu de salud, de otra manera serían inútiles al uso médico o a su preparación. Así también, los metales y los minerales llevan consigo su impalpable espíritu, los que contienen toda potencia y virtud de aquellos, porque sin el espíritu la cosa es muerta y no muestra en sí ninguna operación vivificante. Sepa así (el lector), que EL ESPÍRITU EN EL ANTIMONIO ESTA, el cual todas las cosas que en él están escondidas y que de él se extraen, él las conduce, mas invisiblemente, pues en el imán (mercurio) está escondida una virtud invisible, de la cual en mi Tratado del Imán, trataré ampliamente los espíritus son de dos clases: Inteligentes y no inteligentes. Los Inteligentes, dotados de razón, cuando quieren son comprensibles e incorpóreos, como lo son los habitantes de los elementos, siendo algunos fuegos ígneos seductores, otros lúcidos fantasmas: los aéreos, habitantes del aire, los acuáticos que poseen las aguas, y también los de la tierra que son los que aparecen en las minas de metales, llamados hombres de dichas minas. Estos espíritus entienden, CONOCEN LAS ARTES y pueden mudar su forma...”

“Los otros espíritus del mundo y que espontáneamente no se dejan sorprender son aquellos que están escondidos en el hombre, en los animales, en los brutos, plantas y minerales, los cuales tienen vida operativa, lo que se demuestra con sus operaciones y con la potencia de sanar, cuando, por el beneficio del Arte se separan de sus cuerpos. Así también, EL ESPÍRITU DEL ANTIMONIO demuestra y comunica a los hombres su virtud”

Es por ello que nuestro V. M. Samael Aun Weor, en su “Tratado de Alquimia Sexual”, afirma enfáticamente:

“23— En el semen existe un átomo angélico que gobierna a nuestros vapores seminales”.

“24— Ese átomo angélico eleva los vapores de nuestro semen hacia el canal medular, para que el ángel (atómico en nosotros) de los cedros del bosque lo utilice para abrir la puerta Inferior de la médula, a fin de que la divina princesa del Kundalini entre por allí”

En “La Creación del Sol Psicológico Intimo o La Doctrina de la Vía Directa”, nuestro V. M. Samael Aun Weor, respecto a la naturaleza del ANTIMONIO, enseña:

“El ANTIMONIO no es una sustancia meramente como pretenden muchos. En Alquimia el Antimonio va más lejos. Es una de las partes autónomas y auto-conscientes de nuestro propio Ser, puesto que nuestro propio Ser tiene muchas partes autónomas y auto-conscientes. El Antimonio es una de ellas, es un Alquimista (nuestro Alquimista atómico) Esa parte trabaja activamente fijando el Oro en el Mercurio”.

Allí, pues, en el Esperma Sagrado, está el Alquimista Atómico, EL ESPÍRITU DEL ANTIMONIO de Basilio Valentín. Allí mismo en el Semen hay otras Inteligencias Atómicas, unas subordinadas al Antimonio y otras que tienen una jerarquía superior a éste. Mas, todas estas partes atómicas Divinales, trabajan en común acuerdo en la Gran Obra, siempre y cuando el practicante haga la Obra bien hecha y según los cánones de la Santa Alquimia.

Fulcanelli, apelando a la Cábala Fonética, deja entrever este misterio del Antimonio al final del capítulo IV de “Louis D’ Estissac”

“Uno de los personajes importantes de Pantagruel, el hombre de ciencia, se llama Epistemon. Y el artesano secreto, el espíritu encerrado en una sustancia bruta (mercurio común o primer mercurio), traduce el epistemon (Antimonio) griego, porque este espíritu es capaz por sí solo de ejecutar y realizar la obra entera, sin otro concurso que el del fuego elemental”.

Donde, en otro aparte dice:

“Es preciso aún, interrogar a la Naturaleza para aprender de ella en qué condiciones y bajo el imperio de qué voluntad se operan sus múltiples producciones. El espíritu filosófico no sería capaz, en efecto, de contentarse con una simple posibilidad de identificación de los cuerpos, si no que reclama el conocimiento del secreto de su elaboración.

Y para concluir esta iniciativa nuestra, transcribiremos la enseñanza valiosísima y única que, nuestro Venerable Maestro SAMAEL AUN WEOR, en su último libro “La Pistis Sophia Develada”, nos trasmitiera:

“(Santiago es el bendito patrón de la Gran Obra.)”

“(Quien estudie la epístola universal de Santiago entenderá los principios de la Gran Obra.)”

“(El Padre de todas las Luces a través de nuestro propio Santiago Interior nos enseña los misterios de la Gran Obra.)”

“(Es pues, Santiago, una de las partes autónomas y auto-conscientes de nuestro propio ser.)”

“(Santiago-Mercurios, se encuentra íntimamente relacionado con la ciencia transmutatoria de Jesod-Mercurio)”

“(El libro fundamental de la “Gran Obra” que Santiago lleva en sus manos, es el Apocalipsis.)”

“(Incuestionablemente el Apocalipsis es el libro de la sabiduría que sólo es comprensible a los Alquimistas)”

“(Sólo los trabajadores de la Gran Obra pueden comprender el Apocalipsis.)”

“(En la química superior, esto es en la Alquimia, se encuentra la ciencia secreta del Apocalipsis.)”

“(Las leyes de la química superior o Alquimia, los principios, el orden del Magisterio del Fuego, se hallan depositados en el Apocalipsis.)”

“(Santiago dentro de cada uno de nosotros, es repito el bendito patrón de la Gran Obra.)”

“(Santiago es otra parte autónoma e Independiente de nuestro propio ser individual.)”

“(Cada uno de nosotros tiene su propio Santiago.)”

En otro aparte, de la misma obra, nos dice el V. M. Samael:

“(El espíritu del oro está en el ESPERMA SAGRADO.)”

“(El antimonio es una parte del Ser; el Gran Alquimista que fija el oro en los cuerpos existenciales superiores del Ser.)”

En su cátedra hermética “Conocimiento del Ser”, nuestro V. M. Samael nos enseña:

“Incuestionablemente hay uno (una parte del Ser) que es encargado de Alquimia, y se le llama en Alquimia EL ANTIMONIO, pero éste no es una de las doce potestades”. (Los doce apóstoles atómicos)

“Lo que sí hay es un especialista en Alquimia, al cual, estoy seguro, le obedece el ANTIMONIO, que es precisamente SANTIAGO EL MAYOR, el Bendito Patrón de la Gran Obra. A él le obedece el Antimonio, en el sentido que es (Santiago) el encargado trascendental de la Alquimia, de la Gran Obra.”

El ANTIMONIO ATÓMICO es el Gran Alquimista de Notre Dame de Paris...

L. P.